Historia del montaje del síndrome tóxico: El aceite de Colza.


Extracto de libro El montaje del SINDROME TOXICO de Gudrun Greunke y Jorg Heimbrecht
Obelisco, 1988.  Digitalizado por cbgnetwork.org


El toxicólogo Roy Goulding, coordinador de la reunión de expertos en marzo de 1983 en Madrid, forma parte de la Unidad Toxicológica del Guy's Hospital de Londres. Su campo de investigación son los pesticidas y herbicidas como el DDT, Dieldrin, Heptacloro, HCB, Lindan y Paraquat. Desde el verano de 1981 coordinaba las investigaciones del Sindrome Tóxico a petición de la OMS. En agosto del mismo año viajó por primera vez a Madrid para informase personalmente sobre la catástrofe española.

Antes de volver a Inglaterra le explicó al internista español Doctor Manuel Serrano Rios, de la Comisión de Seguimiento e Investigación para el Sindrome Tóxico, los resultados de sus investigaciones en España. "Que la patologia parecia corresponder a una multiplicidad de agentes tóxicos ya que ninguno de los conocidos explicaría todos los aspectos que presenta la enfermedad (...)" Indicó además: "No se debian seguir buscando (S. 144) anilinas y que se buscasen HERBICIDAS E INSECTICIDAS, (mayúsculas de los autores) asi como tóxicos de utilización industrial que dan intoxicaciones con manifestaciones coincidentes con algunas de las observadas (...)".9

Con estas palabras refiere el doctor Serrano Rios su conversación con el doctor Goulding a sus colegas de la comisión el dia 26 de agosto de 1981, cinco dias después de terminar la visita del médico inglés a España.
Pero nadie sigue este sensato consejo del toxicólogo británico. Y el mismisimo doctor Goulding parece tener una memoria tristemente corta. Pocos dias después de su visita a Madrid escribe un informe para la OMS.

En 10 páginas describe la enfermedad, su posible causa y el tratamiento. Pero es curioso constatar que al publicarse este informe no aparece ni una sola palabra de las manifestadas al doctor Serrano Rios.

Y en marzo de 1983 vuelve a ser el Doctor Goulding quien calma los ánimos y logra que se apruebe en esta reunión la hipótesis del aceite tóxico, en contra de la oposición inicial de dos de sus conciudadanos. Los cientificos alli reunidos acuerdan además dejar fuera del comunicado final las explicaciones del doctor Muro.
El grupo de trabajo epidemiológico, jueces de su propio informe, se dan a si mismos una buena nota y escriben en sus conclusiones: "Además no se ha presentado ninguna otra alternativa convincente".10
La memoria colectiva de estos señores parece aun más corta que la del doctor Goulding. El Doctor Muro habia intentado explicarles su hipótesis, aunque deprisa y corriendo. Para esta tarea le habian concedido el amplio tiempo de 20 minutos escasos. Muro se presentó con dos maletas llenas de documentos pero no llegó ni a abrirlas.

El Doctor Muro describe este incidente con las siguientes palabras: "Personado en esta reunión el dia 21 de marzo en compañia del Doctor Francisco Martin Samos, ex-jefe de epidemiologia de Ia OMS, hoy dia retirado, que se encontraba por otros motivos en España, y que conoce nuestras investigaciones, no se nos permitió el acceso por tener órdenes concretas de impedir el paso precisamente a mi persona (...) El (S. 145) dia 22 de marzo recibo una citación a última hora de la mañana, para las 15 horas del mismo dia en el Nlinisterio de Sanidad y Consumo con miembros del grupo de trabajo de la OMS para exponer mis trabajos sobre el Sindrome Tóxico. Después de mis breves aclaraciones no se me permite la entrada a ningún grupo de trabajo especifico. Una vez terminada mi intervención, fui despedido y mandado a casa. Nadie me informó de los comentarios sobre los resultados en el grupo de epidemiólogos alli reunidos. Soy de la opinión de que es práctica habitual preguntar más detalles y comentar el trabajo con el cientifico que, por petición de un grupo, haya explicado sus investigaciones (....)."."Obviamente el doctor Muro se equivocó. Los señores cientificos alli reunidos no mostraron ningún interés en escuchar ninguna hipótesis que hubiera puesto en duda sus "resultados".

Ayudada por maniobras de esta indole, la hipótesis del aceite ha podido mantenerse durante todos estos años, tal y como confirma también la carta tan servicial del Director General de la OMS. Lógicamente la casa Bayer estaba bien conforme con esta actitud por parte de la OMS.

Después de una amplia cobertura de la hipótesis de los pesticidas en la prensa, especialmente en los medios de comunicación alemanes, el Partido de los Verdes planteó unas preguntas tanto en ei Parlamento Alemán como en el Parlamento Europeo. La empresa Bayer se sintió molesta y reaccionó airadamente. Su departamento de relaciones públicas arremetió contra médicos, periodistas y parlamentarios: "Difamación sin pruebas", "Sospechas sin conocimiento de causa: des éste el nuevo estilo del debate publico?" "¿Acaso basta cualquier cosa para alcanzar fines politicos?".12

Y otra vez se cita a la OMS como coartada. Bayer alaba los trabajos de la OMS y de las comisiones de investigación del gobierno español, pero la empresa finge saber más que los propios cientificos ocupados en las investigaciones: "Instituciones cientificas de primer orden de muchos paises de todo el mundo, (de Dinamarca, Alemania Federal, Italia, Holanda, (S. 146) Suiza, España y Estados Unidos), han reforzado la conexión entre la epidemia y el aceite adulterado en un sinfin de investigaciones"13

Para intentar terminar de una vez per todas en las acusaciones " infundadas" contra el Nemacur, la casa Bayer empieza un pleito contra la revista "Cambio 16". Este caso termina meses más tarde en un acuerdo extra-judicial. A finales de 1985, otra vez en fechas navideñas, la revista española publica un largo articulo, sin firmar, en el cual se retracta de todas las acusaciones anteriores contra el producto Nemacur, alabando al mismo tiempo la hipótesis del aceite y a la OMS, mientras se expresa negativa opinión de la investigación de los doctores Muro y Frontela.

Poco después, los madrileños podrán contemplar con sus propios ojos el nuevo idilio entre la revista y la multinacional quimica: de manera intima Bayer y Cambio 16 se presentan juntos con los mismos anuncios a todo color sobre unas grandes vallas, celebrando la venturosa entrada de España en el Mercado Común. Al mismo tiempo los mentideros de la capital de España se deleitan con un nuevo rumor. En el acuerdo extra-judicial, la empresa Bayer, instigadora del pleito habria pagado una fuerte suma de dinero a "Cambio 16".

La multinacional quimica hace grandes esfuerzos para borrar las pistas que apuntan a Leverkusen. La central de Leverkusen corteja a los periodistas; algunos reciben llamadas con ofertas de la Bayer para ayudarles en sus investigaciones. Los más obstinados, que no saben apreciar esta amabilidad tan avasalladora, reciben unas cartas del departamento juridico de Leverkusen augurándoles todos los pleitos habidos y por haber, para hacer callar de esta forma a los escritores molestos.

Nos habia llegado la información de que la empresa Bayer habria pagado al Plan Nacional del Sindrome Tóxico o 12 o 15 mil millones de pesetas. A la pregunta para intentar aclarar este asunto, recibimos la siguiente contestación: "No sabemos en qué fuente de información se basa su afirmación". ¿Es una pregunta lo mismo que una información? "Según nuestro (S. 147) entender aqui se trata de un nuevo intento de una desinformación puntual a la opinión pública en relación con el comienzo del juicio contra los aceiteros."

Y continúa la Bayer diciendonos: "Queremos ya ahora llamar su atención para informarle de que vamos a hacer frente con todos los medios a nuestro alcance bajo la ley de prensa a cualquier afirmación de hechos falsos. Ademas vamos a pedir indemnizaciones bajo la Ley civil e interponer querella criminal por difamación, calumnia y sospechas falsas".14

Otra tactica de esta empresa quimica es negarse a dar información a la prensa. Basta con un ejemplo: en dos ocasiones los autores hemos mandado unas preguntas por escrito al departamento de relaciones públicas de la empresa Bayer, concretamente el 3 de agosto de 1987 y el 14 de septiembre del mismo año. Queriamos saber si, por ejemplo, el Nemacur habia sido usado por primera vez para tomates y pimientos en 1981 en España, y si la casa Bayer tiene campos propios de experimentacion para sus plaguicidas en la peninsula españo-la Hasta hoy todavia no han contestado.

Poco antes de empezar el juicio contra los aceiteros, un grupo de pacientes del Sindrome Tóxico queria demostrar a la opinión pública que el aceite adulterado no podria haber tenido nada que ver con su enfermedad. En presencia de un notario empezaron una huelga de hambre. Durante doce dias ingirieron a diario solamente agua con azúcar mas cinco centimetros cúbicos del aceite supuestamente tóxico . Todos ellos, al fin y al cabo, tenian todavia restos del aceite en sus casas. Aunque habian informado a toda la prensa española por escrito de su propósito, su huelga de hambre fue ignorada casi por completo.

Sólo un periódico de Madrid, "Ya", escribió una noticia corta sobre el evento. Acto seguido, el director recibió una carta de la Bayer con afirmaciones disparatadas, bastante mas larga que el pequeño articulo. El jefe de prensa de la filial española de Bayer AG escribió: "El Fenamifos (la materia activa del Nemacur) no es neurotóxico".15 (S. 148)

Ante esta curiosa afirmación cabe preguntarse cómo es posible denominar a un producto que inhibe a la colinesterasa, es decir las enzimas que transmiten impulsos nerviosos, como "no-neurotóxico", dado que "neuron" es simplemente la palabra griega para "nervios".

Pero la casa Bayer no vaciló en repetir esta curiosa afirmación. Poco antes de empezar el llamado "juicio del siglo" contra los aceiteros, su departamento de prensa hizo llegar de manera selectiva un informe de 105 páginas a algunos periodistas en España, todos ellos ya de por si absolutamente convencidos de la teoria del aceite. En este mismo informe la casa Bayer repite una y otra vez que el Nemacur no es neurotóxico. En una misma página se puede leer la bonita contradicción de que el Nemacur no es neurotóxico, que solamente inhibe la colinesterasa. En este mismo informe se intenta también quitar toda sospecha de su otro producto mencionado repetidamente en la prensa como posible causante y co-responsable de la epidemia, el Oftanol.

Despues de un estudio de este informe, un quimico español lo llamó una "bonita colección de mentiras". Añadiendo que lo único que se merecia era ser tirado a la basura.

En la medida en que el comienzo del llamado "juicio del siglo" contra los aceiteros se estaba acercando, se incrementaban sucesos poco ortodoxos relacionados con el Sindrome Tóxico. Por ejemplo, una extraña serie de robos que empezó a finales de 1984 en el piso de los epidemiólogos disidentes Clavera-Martinez Ruiz. Fueron Ilamados de Barcelona para formar parte de la Comisión Epidemiológica y alquilaron provisionalmente un piso en Madrid. Los muebles de este apartamento eran los básicos y más necesarios, dado que su estancia debia ser provisional. En los armarios se encontraban algunos objetos de valor. Pero esto no tuvo ningún interés para los ladrones. Revolvieron todos los papeles que los dos médicos habian reunido para su trabajo, llevándose unicamente la gran agenda con los nombres y direcciones de todas las personas con las que habian hablado para su informe sobre las rutas de comercialización del aceite. Hasta hoy sigue sin aparecer. En (S. 150) los años siguientes se registraran una larga serie de otros extraños robos.

En mayo de 1985, el abogado José Ma Serret, defensor del propietario de la refineria RAELCA de donde habria salido la mayor parte del aceite supuestamente tóxico, buscó sin éxito los papeles sobre este caso: simplemente habian desaparecido. Todos los otros papeles, notas y expedientes se habian quedado en la oficina. Los ladrones no estaban interesados en el boligrafo de oro, ni tampoco en el juego de mesa de plata que estaba encima del escritorio, pero algún extraño lo debia haber tocado: la policia encontró huellas dactilares de un dedo, medio borradas, que no correspondieron a ninguna persona de la oficina. Este indicio no ayudó a encontrar el o los ladrones, ni tampoco los papeles.

Las victimas del Sindrome Tóxico han formado asociaciones de afectados en sus respectivos pueblos para poder luchar, de esta manera, por sus derechos de forma más eficaz. Casi todos creen en la versión oficial.y están convencidos de que algún aceite adulterado les ha envenenado. Casi todos, pero no la asociación de Fuenlabrada, una pequeña ciudad satélite en las cercanias de Madrid. Para muchos, sus miembros son un estorbo, dado que desde el principio de la epidemia mantienen que ningún aceite adulterado puede haber afectado a nadie. Da la casualidad de que a esta asociación pertenecen muchas victimas del Sindrome Tóxico que jamás han consumido aceite adulterado vendido ambulantemente. Entre ellos se encuentra la familia de Dani, el nino diabético. Otra familia que si compró este aceite de venta ambulante, además en grandes cantidades, de las que todavia hoy posee dos bidones de 50 litros en su garage, sigue consumiendo este mismo aceite sin que las dos afectadas hayan empeorado, ni los dos sanos de esta familia hayan enfermado.

Desde hace mucho tiempo la gente de Fuenlabrada que han bautizado a su asociación como "Fuentox", son considerados como disidentes de la hipótesis oficial del aceite, y el Estado hace todo lo posible para ignorarios o molestarlos. Mientras que otras asociaciones del Sindrome Tóxico reciben anualmen- (S. 151) te una ayuda por cada miembro de 1.000 pts. para gastos de despacho y sellos, ellos no reciben nada.

Ademas baten todos los records en robos y sucesos extraños relacionados con el Sindrome Tóxico. Hasta hoy, su minúscula oficina en Fuenlabrada ha sido blanco de los ladrones en cinco ocasiones.

Durante el tercer intento atraparon a los intrusos. Cuando el Vicepresidente de Fuentox intentó abrir su oficina notó que alguien queria escaparse a toda prisa por la ventana. Los colaboradores de Fuentox los cogieron y casi no podian dar crédito a sus propios ojos. Descubrieron atónitos que dos de los intrusos eran policias municipales y el tercero el responsable de sanidad del Ayuntamiento socialista de Fuenlabrada. Este caballero se limitó a espetar un mensaje para el presidente de la Asociación, Manuel Henares: "Esta vez ha ganado Henares, pero la próxima ya veremos". Los dos policias se disculparon con el ya consabido argumento de que solamente recibian órdenes y que ei Sr. Alcalde conjuntamente con el funcionario de Sanidad, Luis Miguel Alvarez, habia ordenado esta "visita". Y como explicación el Sr. Alvarez añadió: "Mientras que vosotros, los de Fuentox, no cambiéis vuestra idea sobre la causa del Sindrome Tóxico, no cesaré en mis esfuerzos para acabar con vosotros". Varios de los miembros de Fuentox presentes expresaron su indignación por tales palabras de un representante del Estado, por lo que el Sr. Alvarez les manda callarse. ;Si no lo hacian, los iba a llevar al cuartelillo! Hace años que este episodio espera su aclaración ante el juzgado.

Esta serie de robos en las oficinas de Fuentox culminó el 25 de mayo de 1987 con un robo en el despacho provisional, adjudicado a la Asociación de Fuenlabrada en la llamada "Casa de los Afectados" en el parque de la casa de Campo en Madrid, donde se celebra el juicio contra los aceiteros. Los ladrones se Ilevaron el televisor, un montón de documentos y, sorprendentemente, los ceniceros, unos modelos corrientes y baratos, hechos de vidrio grueso. Al dia siguiente reaparecieron el televisor y los ceniceros, hasta hoy los documentos siguen sin encontrarse. Basta con ver cualquier pelicula de (S. 152) espias para saber que un televisor es el lugar ideal para ocultar un micrófono.

Durante dias se pudieron apreciar las huellas dactilares en las paredes prefabricadas del despacho en el que habian entrado los ladrones. La sala del juicio y los alrededores estan fuertemente custodiados por una compañia de la policia nacional, pero nadie hizo el más minimo esfuerzo por analizar estas huellas y poder encontrar a los autores del robo.

La joven doctora Concepción Pagola tuvo una experiencia igual de curiosa. Cuando en Enero de 1987 unos ladrones habian entrado en su consulta no se extrañó demasiado. Ha-eia tiempo que todos sus colegas le estaban tomando el pelo por la situación de su "dispensario", alertándola sobre posibles sorpresas de este tipo. Su consulta se encuentra en el barrio "peligroso" de Madrid, Carabanchel. A un lado tiene la prisión más grande de España, y al otro el cementerio. Después de una revisión detenida se dio cuenta de que no habia desaparecido ninguna jeringuilla, como habia pensado al principio, debido al aumento de la drogadicción. Parecia que los ladrones sabian exactamente lo que querian. Lo único que faltaba en su consulta eran ;los cinco expedientes más importantes de sus pacientes del Sindrome Tóxico!

La doctora Pagola está convencida de que este tema le trae mala suerte ya que no es su primera mala experiencia con el Sindrome Tóxico. En junio de 1984, ocupó el puesto de jefe del Gabinete Técnico del Plan Nacional para el Sindrome Tóxico. A los cuatro meses la echaban de este trabajo.

En el PNST se habia empezado a revisar-cada uno de las más de veinte mil carpetas de enfermos del Sindrome Tóxico. Si en alguna parte el paciente habia .declarado que jamás habia consumido aceite fraudulento,-comprado en puesto ambulante o mercadillo, aunque tuviera `certificados médicos relevantes que le confirmaban como afectado del Sindrome Tóxico con todos sus sintomas caracteristicos, se le reclasificaba y, acto seguido, se le excluia del censo oficial del Sindrome Tóxico. Como jefe del Gabinete Técnico, la Doctora Pagola debia firmar la baja del censo de todos estos afec- (S. 153) tados. Se negó a ello. Esta actitud causó su despido fulminante.

Hasta el mes de octubre de 1987, el médico forense profesor Frontela, de Sevilla, no sufrió ningún robo en sus instalaciones. Este "fallo" se arregló con la consecución de varios sucesos extraños en una sola semana. El Tribunal habia pedido al profesor Frontela aclarar mediante la experimentación con monos, si la enfermedad habia sido causada por aceite o por pesticidas. Mediante este encargo se convertia en el primer investigador, desde 1981, que tiene el permiso para examinar de forma completamente oficial la llamada "hipótesis alternativa". Este hecho no parecia ser del agrado de todos. A principios de octubre de 1987, cuatro jóvenes armados con navajas intentaron en tres ocasiones, en una misma semana, llegar a las jaulas de los 50 monos en experimentación. Cuando el guarda jurado efectuó unos tiros al aire abandonaron su propósito. Todavia no ha podido aclararse si querian matar o secuestrar a los monos.

Antes de este extraño episodio, ei doctor Frontela ya habia sufrido varias presiones para evitar de esta forma que pudiera reforzar su sospecha contra los pesticidas. Le fue imposible terminar sus experimentos de laboratorio con las ratas, con resultados cientificamente probados y concluyentes. Cuando el Dr. Frontela viajó durante unos dias a Suiza, el departamento de la Universidad al que correspondia el suministro de alimentos a las ratas, aprovechó su ausencia para detener el suministro de alimentos para los animales. Más de 400 de ellos se morian de hambre.

El intercambio de cartas sobre este incidente gravisimo que terminó de forma sumamente abrupta con un estudio de más de dos años, se lee como una escena más o menos kafkiana o una pieza de teatro tragicómica. A las preguntas sobre el porqué de esas medidas inusuales, Frontela y sus colaboradores reciben cada vez una contestación distinta. Primero se les dice que de repente habia irregularidades en el suministro de los alimentos; después que este Departamento realmente sólo tiene alimentos para sus propios animales, y finalmente que a partir de ahora ningún departamento va a recibir ningún alimento (S. 154) para sus animales, salvo el animalario central. Pero ésta no es la respuesta final. Se le dice a Frontela que a partir de ahora no le está permitido hacer experimentos con animales que duren más de un mes. Es un hecho sabido y lógico que en tan poco tiempo ningún laboratorio hubiera ayudado al avance de la medicina mundial.

En marzo de 1986, el profesor Frontela escribe al Decano de la Facultad de Medicina: "¿Por qué el veterinario encargado del Animalario nos ha negado sistemáticamente desde diciembre de 1985 la alimentación para los animales en los que estábamos experimentando desde hace dos años el posible agente productor de la denominada neumonia tóxica? Hecho que ha provocado la muerte de todos los animales y la pérdida de un trabajo que ha costado muchos meses de sacrificio.

Es un hecho innegable que yo mismo acudi al animalario para solicitarle comida ante el fracaso de obtenerla de mis colaboradores (...)

Nos decian que era un problema de falta de pago del hospital a la casa proveedora de alimentos y que se solucionaría en dos dias durante los cuales, y durante veinte dias más, hemos facilitado la comida a los animales de nuestros medios personales hasta que materialmente ya no pudimos más. Pues bien, pasaron los veinte dias y un mes y siguieron negándonos la comida hasta que se murieron los animales."

El Dr. Frontela se ve obligado a recordarle al Decano de la Facultad lo siguiente: "Ilustrisimo Sr. Decano: este es un tema muy serio, hay un grupo de enfermos, afectados del Sindrome Tóxico, que esperaban con ilusión la conclusión de nuestras investigaciones que ahora, por burocracia absurda,o por cuestiones que no alcanzo a comprender, nos ha interrumpido sin más (...)".'6

Tampoco el Fondo de Investigaciones Sanitarias de la Seguridad Social, perteneciente al Ministerio de Sanidad y Consumo, tenia dinero-para financiar un proyecto de investigación del profesor Frontela. A principios de septiembre de 1985 este catedrático de Medicina Legal habia enviado una "solicitud de ayuda para investigación", debidamente rellenada y cumplimentada (S. 155). El titulo del proyecto era "Investigación toxicológica del Fenamifos (Nemacur) y su posible relación con la denominada Neumonia Tóxica".

La respuesta se hace esperar: con sello del cinco de agosto de 1986, es decir, casi un año después, sale del Instituto Nacional de la Salud la siguiente carta para el Doctor Frontela Carreras: "Lamento comunicarle que la solicitud de "ayuda a la investigación" formulada por usted para el proyecto que se cita, no ha podido ser atendida por la Comisión Administradora del Fondo de Investigaciones Sanitarias de la Seguridad Social en su sesión del 16-07-86". Firmado: El Secretario General, Leopoldo Arranz Alvarez.

Para los defensores de la teoria del aceite si que habia algo de dinero. Sus investigaciones fueron financiadas por el gobierno Desde el comienzo de la epidemia, el PNST se ha gastado más de 27.000 millones de pesetas. La mayor parte de este dinero se destinó a atenciones sanitarias e indemnizaciones para las victimas.

Comparado con otros paises, no se puede decir que los investigadores recibieran enormes cantidades de dinero. A pesar de esto, las ayudas causaban gran alegria en algunos laboratorios, dado que en España, desde hace mucho tiempo, se considera a la investigación cientifica como a "la cenicienta". El Estado Español se gasta menos del 107o de su producto nacional bruto en investigación, concretamente el 0,76%. Con todo, habia 150 millones de pesetas que se repartieron sólo 10 institutos. La partida más grande, 48 millones de pesetas, se la Ilevaron los médicos Yuste Grijalba, Rey Calero y Diaz Rojas para estudios epidemiológicos adicionales. Veinte millones fueron a parar a los Institutos Toxicológicos de Madrid y Sevilla. El Doctor Borregón recibió catorce millones para su Centro Nacional de Alimentación y Nutrición de Majadahonda.

Despues de una auditoria de las cuentas del PNST, el Tribunal de Cuentas escribe de forma enfadada al Parlamento Español que sus inspectores no pueden aclarar el destino de muchas transferencias. Y muy especialmente critican los gastos (S. 156) para proyectos de investigación. Bajo el apartado "Investigación" escriben: "No se respetaron las propias Normas para el reconocimiento y concesión de Ayudas para Proyectos de Investigación.

Los contratos extendidos no se ajustan a los principios de la Ley de Contratos del Estado.

Se han efectuado pagos sin atenerse a las Normas Legales e internas. Faltan algunos justificantes de entregas y además, no hay constancia en bastantes casos de haber recibido de los receptores para Ayudas a la Investigación los informes o resultados de aquéllas que condicionaron su concesión.

La falta de control en este aspecto fue casi general".

Y en el capitulo 3 denominado "Valoración Juridica de los hechos y prácticas denunciadas en ei informe" se preguntan sobre: "Presuntos incumplimientos e infracciones del ordenamiento juridico".17

El doctor Frontela sufrió en la investigación otro incidente. Cuando por razones ajenas a su voluntad no podia resolver el problema del Sindrome Tóxico con sus experimentos sobre animales, se le pide que lo haga de otra forma. En marzo de 1985 el Juzgado de Instrucción encargado desde 1981 de aclarar el trasfondo de este escándalo, solicitó del catedrático de Medicina Legal un dictamen sobre las posibles causas de la enfermedad y las muertes por el Sindrome Tóxico. Frontela habia aceptado este encargo bajo una condición. Habia pedido que se le proporcionaran todos los datos existentes sobre epidemiologia, clinica y toxicologia, y otros que pudieran tener relevancia en este caso. Meses más tarde todavia espera estas informaciones, aunque el Juzgado de Instrucción le habia dado un plazo -de tres meses para emitir su dictamen. Además, el profesor Frontela habia solicitado muestras de tejidos de fallecidos por el Sindrome Tóxico: "Como fundamental elemento de juicio solicitamos para su análisis visceras de fallecidos, esencialmente durante las primeras dos semanas de la enfermedad..."

Pero ni la orden judicial protege a Frontela de un nuevo boicot en su trabajo: después de esperar semanas, recibe finalmente (S. 157) una caja muy grande con muestras del Centro Nacional de Alimentación Nutrición de Majadahonda. Al desenvolverla cuidadosamente no sale de su asombro. El envio se parece a una muñeca rusa. Aparecen más y más cartones y cajitas, cada una más pequeña que la otra, hasta encontrar finalmente un pequeño recipiente de vidrio. En el se encuentran varias muestras de visceras juntas.

La cantidad de cada una de las muestras es tan escasa y tan insuficiente, menos de un gramo, que parecen ridiculas. El doctor Frontela se ve forzado a renunciar a este peritaje y envia una carta respetuosa y detallada al juez instructor:

"Si bien V.I. nos otorgó un plazo aparente de tres meses para efectuar la peritación, en realidad dispusimos de poco más de un mes de tiempo, dado que hasta el ocho de mayo no nos fueron enviadas algunas visceras para su análisis.

En virtud del escaso e insuficiente plazo de tiempo de que disponiamos, solicitamos los datos epideomiológicos, clinicos, toxicológicos, anatómico-patológicos y otros diversos, los cuales en fecha uno de agosto de 1985 aun no nos han sido enviados:

Que al parecer V.I. nos ha concedido una prórroga para entregar el informe complementario hasta el dos de septiembre de 1985.

Dado que nos queda un mes de plazo y ni la cantidad de visceras es suficiente para efectuar un análisis toxicológico serio, menos de un gramo! cuando lo correcto seria disponer de un minimo de 50 grs., ni aun se nos han enviado los datos epidemiológicos, los informes clinicos, ni otros que solicitábamos en nuestro informe anterior, nos es imposible cumplir con nuestro cometido y por tanto suplicamos a V.I. tenga a bien aceptar nuestra renuncia a realizar el mencionado informe pericial".2

Esta carta tiene fecha de 1 de agosto de 1985.

Los instigadores de la campaña en pro del aceite tambien sabian emplear el terror psicológico. Los defensores de los aceiteros acusados recibian amenazas de muerte y anónimos telefónicos (S. 160). Primero contra su propia persona, luego contra sus mujeres e hijos.

En el espacio de unos pocos dias fallaban los frenos en los automóviles de un medico y un abogado, dos de los opositores a la hipótesis oficial del aceite. En ambos coches no quedaba ni una gota del liquido de frenos, pero los mecánicos de los talleres donde acudian habitualmente no localizaron el más minimo agujero que indicase una fuga. El o los malhechores no se han encontrado nunca.

A aquellos que no se asustaron ante tales maquinaciones, es decir, que no mostraron el resultado deseado, se les intentó seducir con dinero y puestos. Uno de los abogados defensores recibió una oferta enormemente lucrativa a traves de un conocido suyo que, por casualidad, "no podia decir quienes eran los que le mandaban". Este grupo anónimo ofreció al defensor elegir el puesto de abogado en cualquier organización internacional de la cual sea miembro España, como representante juridico con estatus diplomático del gobierno español. Tambien podria elegir su sueldo, indicando al intermediario en que moneda le gustaria recibirlo. Y desde luego en una cuenta en Suiza. La condición para esta oferta tan generosa: dejar el caso del Sindrome Tóxico. Agradeciendo tal oportunidad, el abogado se negó a aceptar esta gentileza.

La próxima oferta no se hizo esperar. Esta vez fue una empresa inmobiliaria, no especificada, que le necesitaba urgentemente como consejero. En menos de dos meses el abogado ganaria en este puesto la friolera de un millón de dólares, garantizado limpio y sin impuestos.

Y como la primera vez, tambien declina esta oferta. No es que no le hiciera falta el dinero, lo hubiera necesitado para poder pagar de esta forma sus investigaciones y a sus colabo radores en el caso del Sindrome Tóxico. El juicio se habia convertido en una ocupación casi de dia y noche para los abogados; las sesiones que han durado mas de un ocupan, sólo en la sala del juicio, tres dias a la semana. De esta forma no les quedaba tiempo para otros casos, si querian preparar las sesiones bien. (S. 161)

Los abogados de la acusación lo tienen mejor. A traves del PNST recibian del gobierno español 100 millones de pesetas para sus gastos res necesarios. La defensa no recibió absolutamente nada, aunque sus clientes, los aceiteros, tampoco tienen dinero, dado que todos sus bienes han sido embargados para garantizar la responsabilidad civil. En repetidas ocasiones los defensores han entregado escritos .a las autoridades competentes quejándose de este tratamiento desigual que atenta contra la justicia española y la Constitución. Hasta ahora sin exito.

Los periodistas cuyas investigaciones y escritos ponían en duda la tesis oficial del aceite, no recibieron ofertas tan lucrativas. Al contrario, varios de ellos perdieron sus puestos de trabajo o se les cambió de sección. Despues del reportaje en "Cambio 16" que culpó a la empresa Bayer de la epidemia, el director fue cesado. Los redactores del articulo fueron mejor tratados: se les ofrecieron puestos de corresponsales en EEUU o en otros sitios, pero tambien declinaron la oferta. Los ultimos periodistas de esta serie, victimas del Sindrome Tóxico son cinco redactores de TVE. Despues de investigar durante semanas la historia sobre venta y comercialización de plaguicidas, tanto de los legales, como de los productos prohibidos en España, entregaron el reportaje a principios de septiembre de 1987. EI mismisimo dia sus jefes les hacian saber que no iban a emitir este reportaje y fueron cesados fulminantemente.

La prensa, la TV y la radio han ignorado, mayoritariamente, las sesiones del juicio desde que estas volvieron a empezar en septiembre de 1987, una vez pasadas las vacaciones de verano, ocultando de esta forma a la opinión publica lo que ocurria en el juicio. Durante meses, los magistrados escucharon opiniones de todo tipo sobre el aceite supuestamente tóxico. Los Sres. peritos han venido a reconocer que no está comprobado que el aceite adulterado haya causado el Síndrome Tóxico. Incluso aquellos que habian dicho anteriormente justo lo contrario. Este es el caso de los patólogos, que concluían los informes sobre las autopsias de fallecidos por el (S. 162) Sindrome Tóxico de este modo: "Muerte por ingestión de aceite tóxico". Y sin embargo en la sala del juicio se podia escuchar, en sintesis, el siguiente diálogo entre un abogado de la acusación y el portavoz del grupo de los patólogos, el Doctor Garrido Lestache:

A la pregunta del abogado, de si los patólogos tenian toda la seguridad de que el aceite adulterado fuera la causa de la muerte, el Doctor Garrido contestó:

"Nosotros no entramos en el origen de la enfermedad que desconocemos"

Abogado: "Y si desconocen hoy la etiologia de la enfermedad ¿por que firmaban en 1981 autopsias en las que afirmaban que las causas de los fallecimientos se debian al aceite tóxico?"

Doctor Garrido: "Aquellos dias de 1981 habia mucho trabajo, fue un error firmar esto".

Abogado: "En 1981 debian tener mucho trabajo con tanta muerte, pero en 1982 y 1983 el trabajo debia ser menor y ustedes seguian firmando autopsias afirmando que la causa de los fallecimientos era el aceite tóxico".

Doctor Garrido: "Fue una mala interpretación, debimos poner: "presumible ingestión".

Abogado: "¿Y de dónde viene esa mala interpretación?"

Doctor Garrido: "Pusimos lo del aceite tóxico porque asi se desprendia de los datos clinicos y epidemiológicos que nos llegaban"

Abogado: "0 sea que si esos datos clinicos y epidemiológicos hubieran indicado en lugar de aceite tóxico, productos organofosforados, ustedes hubieran firmado las autopsias cargando en los organofosforados las causas de todas estas muertes...?"

El dia 5 de octubre de 1987 el epidemiólogo Doctor Luis Cañada Royo declaró como testigo en el juicio.

En 1981 el Doctor Cañada ocupaba el puesto de Subdirector General para Programas de Salud del Ministerio de Sanidad. Fue aquien acompañó al equipo de Atlanta durante sus investigaciones que culminaron en los seis estudios sobre los habitantes (S. 163) del pueblo de Navas del Marques (Avila). El epidemiólogo afirma que también estos estudios indicaban que los enfermos comían más ensaladas, mientras que los miembros de la familia que estaban sanos no habian comido ensaladas. Pero la Comisión de Investigación habia dejado este importantisimo hecho de lado porque -segun dijo el Doctor Cañada- la finalidad de estos estudios no era que saliera a relucir la ensalada, la finalidad era buscar el aceite.

Tres semanas más tarde, el Doctor Angel Peralta hace una declaración tan o más chocante aun. Este medico, que fue el primero en apuntar que podía tratarse de una intoxicación por organofosforados, encontró años más tarde en una fiesta familiar privada al Sr. Jesus Sancho Rof, quien habia sido ministro de Sanidad en 1981. A la pregunta de la defensa: "¿Ha tenido usted alguna reunión privada (...) en la que coincidió con los ministros Sancho Rof y Nuñez? ¿No es cierto que le dijeron: "Es cierto, tenias tu razón, era un organofosforado, pero no lo podiamos reconocer"?

El Doctor Angel Peralta, despues de negarse a "hablar de conversaciones privadas", fue obligado por el tribunal a contestar y dijo: "Pues que si (...) es cierto, que dijera "Pues efectivamente, pues mira llevabas razón".20 (S. 164)

 ¿ENSAYO O ACCIDENTE?

El proceso contra los 38 aceiteros ha batido todos los records y se ha convertido en el juicio mas largo de la historia judicial española. Pero quince meses de duración tampoco han servido -como era de esperar- para poder atribuir definitivamente la culpa de la epidemia a algun aceite adulterado o fraudulento. Hecho facilmente constatable despues de una lectura detenida de los casi 30.000 folios de las Ilamadas "Actas de las Sesiones", transcripción literal de todo lo que han dicho en la Sala magistrados, abogados de una y otra parte, el fiscal, los acusados, los más de 3.000 testigos y varios cientos de peritos.

Esta imposibilidad manifiesta de conseguir ninguna prueba contra el aceite a estas alturas, siete años despues del inicio de la epidemia, no ha sido obstáculo alguno ni para el fiscal ni para la mayoria de los abogados de la acusación, para seguir hablando del "aceite asesino". Por el contrario, este larguisimo juicio si ha servido para reforzar y probar la llamada "hipótesis alternativa". El Sindrome Tóxico no fue producido por aceite de colza desnaturalizado con anilinas, sino por unos productos organofosforados vehiculizados por hortalizas, concretamente tomates. Mientras que no se ha logrado reproducir la enfermedad en ningun modelo animal, tratado con grandes dosis del aceite supuestamente tóxico, el profesor Frontela si pudo repetir algunas lesiones neurotóxicas en los monos que ingirieron tomates tratados con los pesticidas organofosforados Oftanol y Nemacur y recolectados a los ocho dias de la aplicación de los pesticidas. En las conclusiones del informe de esta bioexperimentación, la unica hecha con el respaldo oficial, el profesor Frontela escribe: (S. 165) "La administración de Fenamiphos (Nemacur) y/o Isofenfos (Oftanol) ocasionó en la mayoria de los monos lesiones neurotóxicas incipientes, detectables a nivel de los nervios periféricos, tales como degeneración axónica y desmielinización segmentaria, directamente relacionadas con los organofosforados administrados.

Con una dosis tan pequeña de organofosforados como 1,8 microgramos de Isofenfos/Kg. de peso corporal, más 1,2 microgramos de Fenamiphos/Kg. de peso corporal contenidos en tomates recogidos 8 dias después de tratar la tierra, donde se cultivaban, con Nemacur y Oftanol, se obtienen en el 60% de los monos que los comieron durante 20 dias, lesiones neurotóxicas."'

Es de subrayar, que el profesor Frontela hace su ensayo con tomates recolectados a los 8 dias, mientras el metabolito más tóxico del Nemacur no se forma hasta pasados 15 dias. A pesar de ello, en este experimento, logra reproducir unos de los sintomas más caracteristicos que sufren las victimas del Sindrome Tóxico.

En las sesiones del juicio se Ilegó a determinar que los tomates tóxicos que envenenaron a los pacientes del Sindrome Tóxico procedian de Roquetas de Mar, Almeria. Esto se desprende del estudio detallado de la documentación del fallecido doctor Muro, evaluados, a petición del Tribunal del Sindrome Tóxico, por los doctores Clavera y Martinez. Estos peritos manifiestan en las conclusiones de su informe pericial:

"La información extraida de dicha documentación permite concluir que la hipótesis convergente del tomate tóxico, investigada por el Dr. Muro, y que puede ser enunciada de la siguiente manera:

"LA EPIDEMIA DEL SINDROME TOXICO, DE LA PRIMAVERA DE 1981, FUE CAUSADA POR PESTICIDAS 0 TOXICOS ORGANOFOSFORADOS, Y VEHICULADA POR PARTIDAS DE TOMATES PROVINIENTES DE UN UNICO ORIGEN, QUE SE DISTRIBUYERON POR VIAS ALTERNATIVAS DE COMERCIALIZACION, ENTRE LAS QUE TENIAN UN PAPEL IMPORTANTE LOS MERCADILLOS Y LA VENTA AMBULANTE" (S. 166) es, globalmente considerada, coherente en si misma, ausente de contradicciones y con capacidad explicativa de la epidemia del S.T., ocurrida en España en la primavera de 1981.(...)

Del estudio de los circuitos de distribución y comercialización de las partidas de tomates con mayor posibilidad de haber vehiculado el S.T., retrocediendo desde el individuo afectado-consumidor hasta el origen, SE LLEGA, con la información disponible, A UN ORIGEN COMUN FINAL: ROQUETAS DE MAR (ALMERIA), y más concretamente a unas alhóndigas de licitación de frutos horticolas de dicha población: "AGRUPAMAR"; (...)

Dado el hecho de que dentro de estas alhóndigas los eslabones de comercialización continuan convergiendo hasta señalar a ONCE AGRICULTORES (mayusculas de los autores) de entre los 1083 nombres de agricultores concurrentes a dichas alhóndigas, como posibles cultivadores del tomate tóxico"(...) En el informe se encuentran los nombres y apellidos de los once agricultores antes mencionados. En el campo de uno de estos once -todavia sin determinar- fueron cultivados los tomates tóxicos. Sobre este particular, los peritos Clavera y Martinez opinan:

"Que cualquier acceso a más información con respecto a los eslabones de comercialización del tomate presuntamente tóxico, seria decisivo para finalizar esta investigación, y en concreto, los registros de compra-venta del resto de alhóndigas de AGRUPAMAR permitirian precisar el campo o campos de cultivo (agricultor(es)), donde tuvo lugar la contaminación".2

A lo largo de los capitulos anteriores se ha demostrado que la epidemia del Sindrome Tóxico puede haberse producido por un accidente; ya sea durante la producción, ya sea en la aplicación de algunos pesticidas organofosforados. En esta misma linea se encuentra también la posibilidad de que detrás de esta extraña enfermedad se oculte un ensayo con pesticidas. En el transcurso del Juicio quedó claro que la empresa Bayer no dispone de ningun campo de experimentación propio en (S. 167) toda la peninsula española. El 22 de febrero de 1988, el ex-delegado de zona de la multinacional alemana, Andrés Valverde Alcoverro, declaró en la sala:

"Los ensayos (3..) se solian hacer en campos de clientes o amigos (...) no habia campos propios de la empresa, siempre se hacian en campos de los clientes."

Y a la pregunta del abogado: "¿,Clientes que estaban dispuestos a dejarlo sin saber exactamente cuál era el producto que se estaba experimentando?", contestó:

"Bueno, tampoco no pedían unas explicaciones digamos amplias o profundas, sino se fiaban de la amistad. En fin, esas cosas se hacen un poco sin analizar mucho."

Y el diálogo entre el abogado y este testigo fue adquiriendo un cariz alucinante.

ABOGADO: "¿,Y se destruian las cosechas o...o los frutos que se recolectaban en estos campos despues de practicarse estos ensayos o se comercializaban también?"

ANDRES VALVERDE: "Si, si, se comercializaban".

ABOGADO: "¿,Se comercializaban? ¿,No se le advertia al agricultor que podia resultar tóxico, o Udes. tenian la seguridad que ese producto que estaban ensayando de ninguna forma podia resultar tóxico?"

ANDRES VALVERDE: "Bueno (...) desgraciadamente hasta hace muy poco tiempo esto no ha sido mucho tenido en cuenta (...). Actualmente es cuando empieza a haber una conciencia real en muchos agricultores sobre este tema, ino? Pero hace unos cuando yo trabajaba, o sea cuando yo estuve con BAYER, esto, la habia muy poca esta conciencia".

El testigo afirmó también que se hicieron ensayos con la mezcla de Nemacur y Oftanol, el llamado Nemacur-Combi, todavia hoy no autorizado en España: "Se iba a hacer la mezcla de ambos (...) y realmente se aplicarian sin decir lo que realmente era esa mezcla (...)"3

Con todo esto, lo unico que esta claro y ha sido cientificamente comprobado durante este juicio, es el hecho de que los enfermos del Sindrome Tóxico han sufrido una intoxicación por productos organofosforados, ingeridos con tomates, procedentes (S. 168) de Roquetas de Mar, y que ningun aceite, por muy adulterado que esté, tiene nada que ver con esta terrible epidemia.

La férrea insistencia oficial en mantener la inverosimil hipótesis del aceite llama poderosamente la atención, y da pie a la sospecha, nada cómoda, de que puede ser un intento de encubrir, como manifiestan varios defensores de los aceiteros en sus conclusiones, un crimen dificilmente confesable a la opinión publica.
Los abogados escriben: "Estos graves errores no se han producido por error, pues su contrastación en escasas horas era fácil y elemental, sino de forma deliberada para obtener lo que, en definitiva, se ha obtenido: anclar durante ocho años la investigación en el aceite, vetando, de hecho, cualquier otra via alternativa.

Dificilmente puede pensarse en un término que califique, con la dureza que merece, la actitud de una Administración que ante una situacidn de suma gravedad (...) centra su actividad investigadora en un solo factor, el aceite (...)

Cuando se actua de esta forma, es obvio que no se está investigando el origen del mal. Se conoce ya. Lo que se preiende es ocultarlo, y para ello se situa la investigación en un elemento que permita desviar las miradas indiscretas (...)

Esta actitud, monstruosa actitud, sólo podria desarrollarse con RESPALDO POLITICO y, en este campo, ha de buscarse la razón, causa y origen de la maligna enfermedad (...)"

Y el posible interés politico en desviar el origen de la causa del Sindrome Tóxico eligiendo al aceite como "chivo expiatorio", lo explican de la siguiente forma; "Ni siquiera, al extraordinario poder económico vinculado a las empresas multinacionales, fabricantes de estos productos, puede atribuirse ei interés y esfuerzo oficial, que ha implicado incluso, de alguna forma, a Instituciones Internacionales como la O.M.S., en ocultar que, una errónea y accidental aplicación de un pesticida, generó una intoxicación masiva.
La equivoca y accidental aplicación de un producto organofosforado, podria explicar la epidemia, PERO NO EL INTERES (S. 169) Y ESFUERZO EXTRAORDINARIO DESPLEGADO EN OCULTARLO.
La certeza de que los productos organofosforados son también agentes agresivos de "guerra qufmica" y la sospechosa actitud desarrollada por todos los Grupos Politicos, amparando la postura oficial, sin controlar su evidente error y desentendiéndose del problema, nos sugiere la implicación de un poder, tan grande e irresistible, como para ser capaz de imponer y mantener un unánime "pacto de silencio" en todos. En definitiva, sólo la implicación de una superpotencia justificaria el despliegue de medios politicos efectuado para ocultar, tras el inocente aceite, la causación de la enfermedad."(...)

"Y al hilo de las sospechas, que los sugerentes acontecimientos citados nos evocan, hemos de preguntarnos ¿qué intereses de los EE.UU. en España pueden justificar su esfuerzo en ocultar la causa de la epidemia?"(...)4

¿Podían Ilegar estos intereses hasta Méjico? El testigo Antonio Cochs Tapias, propietario de la refineria de aceite I.T.H. de Sevilla, erróneamente implicado en este caso por el fiscal, fue acusado de provocar la epidemia y casi "suicidado" en ciudad de Méjico en junio de 1982, exigiéndosele una autoconfesión escrita. Sobre este rocambolesco episodio, los abogados defensores escriben:

"Aunque pueda a algunos parecer increible su historia, es lo cierto que su verosimilitud es avalada por los extractos de prensa obrantes en la causa y que a los mentores de la confabulación politica, que imputa al aceite la causación de la epidemia, les habria venido muy bien presentar ante la Opinión Pública y Cientifica de la O.M.S., la historia de un aceitero "suicida" que se habia autoinculpado de la epidemia, coincidiendo en él la circunstancia, naturalmente no casual, de ser propietario de la Refinería que habria manipulado la partida de colza desnaturalizada de Raelca, lo que además de avalar la explicación oficial sobre el origen de la enfermedad, justificaria su "voluntario" adiós a la vida".5

De haberse llevado a cabo este "suicidio", es de suponer que hubiera cerrado definitivamente el escándalo del Sidrome (S. 170)Tóxico, y el juicio más largo de la historia judicial española acaso no se hubiera celebrado jamás. Los intentos de ocultación de la verdad sobre esta tragedia nacional habrian alcanzado el éxito deseado.

Pero, "al fracasar un episodio que se mostraba tan oportuno", como escriben los defensores, seguian reforzándose las dudas y las sospechas sobre la falsedad de la teoria oficial.

Los más de siete años transcurridos desde el inicio de la epidemia, no han bastado aún para aclarar total y convincentemente todo el trasfondo del Sindrome Tóxico. A finales del año 1981, el doctor Muro ya habia dicho que, según su entender, habia entonces, como minimo, unas 2.000 personas que:

a) Sabían perfectamente que el aceite no tiene nada que ver con la enfermedad, y,
b) Conocian o sospechaban la verdadera causa.

Ahora son muchos más. Los datos reunidos en los dos Ultimos años sobre este problema habian por si solos, aunque mucha gente se niegue a aceptarlós.Pero cada año que pasa, los poderes fácticos tienen que esforzarse más en mantener ocultos unos hechos tan graves.

Si en los primeros dias se hubiera tratado correctamente a los enfermos del Sindrome Tóxico, no habria que lamentar hoy, según cifras oficiales, 700 muertos y más de 25.000 afectados. Y, según la OMS, en nota del 5-4-1984, todos ellos tienen posibilidades de desarrollar algún tipo de cáncer debido a los efectos carcinogénicos atribuibles al tóxico que los envenenó, efecto éste propio de los organofosforados.

El antidoto contra este tipo de intoxicaciones es bien conocido, tanto por los soldados que luchan en áreas donde se utilizan estos productos como armas quimicas, como por los agricultores y médicos rurales. Pero la eficacia del tratamiento está condicionada a su administración inmediata, en donde el diagnóstico precoz es fundamental. La Administración hizo oidos sordos a este planteamiento, hecho efectivamente en los primeros dias de la enfermedad, por varios de sus propios funcionarios médicos. Si no se ha podido descubrir y establecer (S. 171) la verdadera responsabilidad de esta intoxicación masiva en el juicio contra los aceiteros, sin duda la verdad saldrá finalmente a la luz publica en cualquiera de los próximos juicios que, inevitablemente, seguirán a éste.

Para el bien de todos, es de esperar que este esclarecimiento público se produzca pronto para ayudar asi a evitar que seres humanos indefensos sean utilizados como cobayas en experimentos cientificos sin escrúpulos, contra su voluntad y su conocimiento. Es un auténtico reto a la verdadera estabilización de la joven "democracia" española. (S. 172)