Las emociones son señales electromagnéticas que afectan al mundo.
Sobre el trabajo de Candace Pert
La Doctora Candice Pert, Ph.D es una farmacéutica reconocida mundialmente. Ha publicado más de 250 artículos sobre los péptidos, los receptores y la conducta de estos neuropétidos en el sistema inmune. Se licenció con un doctorado en farmacología de la facultad de Medicina del John Hopkins University.
Incluso antes de ser la responsable del departamento de la bioquímica cerebral del Nacional Institute of Health, Candice Pert hizo un descubrimiento que cambió la forma en que los científicos entienden la conexión mente-cuerpo. Encontró el receptor opiáceo; el mecanismo a través del cual una clase de químicos (los péptidos) alteran la mente y el cuerpo. Su investigación le llevó a la comprensión de cómo funcionan las emociones como sistemas regulatorios en el cuerpo. Desde el descubrimiento ella ha estado enfocándose en desarrollar un tratamiento para el SIDA usando péptidos, primero en la Universidad de GeorgeTown Medical Center y ahora como directora científica de RAPID Pharmaeutical.
Por su trabajo en las emociones, Dr. Pert fue una de las protagonistas de la película ¿Y tu que sabes? y da conferencias sobre la relación mente-cuerpo. El trabajo de Pert ha ayudado a cambiar el paradigma de “emociones como neurociencia” a “emociones como biología”. En su libro Everything You Need to Know to Feel Go (o)d –Todo lo que Necesitas Saber para Sentirte Bien/Dios- ella lleva la ciencia del sentir un paso mas allá y presenta el concepto de “emociones como física”
Las emociones, aclara Pert, no son simplemente química en el cerebro. Son señales electromagnéticas que afectan a la química y a la electricidad de cada célula del cuerpo. El estado eléctrico del cuerpo está modulado por las emociones cambiando el mundo desde dentro del cuerpo. A cambio, Pert descubre que los estados emocionales afectan al mundo fuera del cuerpo.
Le pedí a Pert que explicara como es posible que las emociones tengan ese poder. “No somos simples pedazos de carne. Estamos vibrando como un tenedor bailante, y mandamos vibraciones a la gente todo el tiempo. Emitimos y recibimos. Entonces las emociones orquestan las interacciones entre nuestros órganos y sistemas para controlar eso.”
Tal cual explica Pert en su libro anterior, “Moléculas de Emoción”, los neurotransmisores, llamados péptidos, cargan mensajes emocionales. “Tal como nuestras emociones cambian, la mezcla de péptidos, viajan a través de tu cuerpo y tu mente. Y literalmente cambian la química de cada célula en tu cuerpo.”
Esto es ciencia mainstrean –o tendencia mayoritaria- pero no explica como las emociones de una persona afectan a otra y al mundo. “Nosotros todavía pensamos en esto en términos químicos”. Se queja Pert. “Claro es química pero también física y vibración. “ Los neurotransmisores son químicos, pero tienen carga eléctrica. Las señales eléctricas de nuestra mente y cuerpo afectan la forma de cómo se comportan e interactúan las células y las funciones que realizan. Tienes receptores en cada célula del cuerpo. Son de hecho como mini bombas eléctricas. Cuando el receptor se activa por una “molécula de emoción”, el receptor pasa una carga a la célula cambiando la frecuencia eléctrica y química de la célula.” Pert dice que tal como nuestras células individuales llevan una carga eléctrica, así también en cuerpo entero como organismo. Como un campo generando electromagnetismo, Pert dice que la gente tiene una carga positiva en su cabeza y una negativa debajo. “Y así, de hecho nos mandamos varias señales eléctricas o vibraciones.”
“Los mensajes electroquimicos se pasan de una célula a otra. Señales semejantes se pasan al resto del cuerpo. Y cada una está cargada con “sitios recpetores”, una clase de buzón de correos para estos mensajeros electromagnéticos.”
“Todos estamos familiarizados con un tipo de vibración: cuando hablamos mandamos un tipo de vibración a través del aire que alguien percibe como sonido. Y tal como explico en el libro, también mandamos todo tipo de vibraciones. Es una ley básica de la Física que cuando estás cerca de una fuente de energía, tiene un efecto más grande y disminuye conforme te alejas. Pero cuando estás lejos no hay efecto.”
“No es algo que se pueda explicar en 25 palabras. Es un nuevo cambio de paradigma que básicamente te lleva a saber que no estás solo. Estás conectado a todos los demás. Y las emociones son la llave. Estamos en un despertar, cambiando ampliamente el mundo alrededor nuestro. El libro anterior de Pert, “Moléculas de Emoción” es en parte ciencia, en parte una biografía que cuenta su proceso de descubrimiento y aprendizaje.
Quizá todos los científicos que rompen un nuevo camino tiene que estar conducidos incluso obsesionados con su trabajo. “He aprendido a tener un mejor balance con mis hijos, con los tres y espero haber huido de la imagen de madre judía superprotectora”. Pert dice que su mayor reto fue llevar a la práctica las ideas sobre las que escribía. En su libro, “Todo lo que Necesitas Saber para Sentirte Bien/Dios” hace una relación implícita entre sentirte bien y conectar con Dios. Pert admite que esto es algo inusual para un científico “duro de pelar”. “Estoy enfadada con todos estos rabiosos científicos ateos que escriben libros que dicen que Dios es una ilusión. Cualquier científico bueno sabe que es imposible “desaprobar” algo. Las cosas solo se puede probar”. Aún así, Pert admite que como científico, lo metafísico le hace sentir incómoda.
“Mi ´persona científica´ es estrictamente lógica. Y por tanto, cuestiono lo supernatural. Y esa parte me hace sentir dolor agudo. Pero trabajando en la vacuna del SIDA (Pert ha desarrollado el péptido “T” contra el SIDA), los dos mundos se fusionan, mi mundo científico y ese otro donde cosas maravillosas ocurren. Es imposible pensar que mi descubrimiento fuera tan solo un accidente. El descubrimiento este es realmente increíble.
A nivel neurológico continua Pert, el sentimiento de estar conectado con Dios, de sentirse bendecido es una parte importante para el cerebro. La “bliss response” o “respuesta gozo” está directamente conectada con el trabajo de Pert sobre los receptores de opiáceos. Tal como los receptores de otros neuropéptidos desencadenan una respuesta celular, los receptores de opiáceos recogen la presencia de un neurotransmisor para la euforia. Los “químicos gozosos” que ocurren de forma natural se llaman endorfinas y son enviados por el cerebro y en el cuerpo como respuesta a los estados emocionales y a las actividades físicas.
Pert dice que la forma en como trabajan las endorfinas es evidencia del gozo como una necesidad de la evolución. “Es por eso que las endorfinas son moléculas altamente conservadas. Son los mismos en los organismos unicelulares y en los humanos. En su nuevo libro habla sobre la evolución de los receptores de opiáceos y como se encuentran situados en la corteza frontal, la parte mas evolucionada de nuestro cerebro.”
Es como si estuviésemos diseñados para hacer elecciones alrededor del placer. La parte más evolucionada e inteligente de nuestro cerebro está empapada de receptores que nos hacen utilizar el placer como criterio en las decisiones. Entonces está bien sentirse bien. Mientras está claro que los receptores del gozo está asentados en la corteza prefrontal, no esta tan claro la parte del cerebro que toma complejas decisiones. “Los científicos no pueden preguntar porque. Solo qué y como. Pero sabemos que la vibración en estos receptores median o lideran al organismo entero hacia al sentimiento de gozo. Y en el libro también hablo de cómo la vibración de las endorfinas es realmente el gozo de la unión divina.”
Así que cuando creamos ese tipo de resonancia internamente, estamos sintonizados con el ser divino. Este estado es la función natural del ser pero nuestra sociedad interfiere. No tenemos que enseñarles esto a gente indígena. La mayoría de nosotros ha perdido el sentido de la realidad. “Todo es solo cuestión de sentirse bien”.
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