Profesor Alexander Russell: 100.000 dólares de recompensa por el VIH.


Alexander Russell
Es profesor Emérito de Patología de la Universidad de Toronto, Étienne de Harven, a lo largo de su carrera de 25 años en el Sloan Kettering Institute de Nueva York y de 13 años en la Universidad de Toronto, dedicó la parte fundamental de sus trabajos al estudio por microscopia electrónica de la estructura de los retrovirus.

«…después de todo, los elementos infecciosos son los únicos criterios clínicamente aceptables para caracterizar un patógeno de naturaleza viral »
Peter Duesberg y Harvey Bialy (Nature, 375, 1995, p. 197)

Mantengo mi oferta de una recompensa de 100.000 dólares para la primera persona que proporcione la prueba fotográfica de la existencia del VIH.

No existe ninguna prueba de la existencia del VIH, pretendido retrovirus sexualmente transmisible. Esto es confirmado por las cifras publicadas por el Laboratorio de Salud Pública de Gran Bretaña. Es simplemente imposible que un virus se confine durante veinte años a los dos solos grupos de riesgo definidos desde el principio: los homosexuales masculinos y los consumidores de drogas.

No existe “epidemia VIH/SIDA” en Gran Bretaña, ni en otra parte de Europa, ni en los Estados Unidos, y no existirá nunca. En Europa del Este y Ucrania, no se habla de epidemia de SIDA sino de una epidemia de drogas recreativas. Son estas drogas las que desencadenan la formación de sustancias endógenas incorrectamente etiquetadas “VIH”. Son los productos químicos contenido en la cocaína y las otras drogas recreativas, y no el supuesto VIH, los que hacen que la gente se vea convertida en seropositiva.

La cocaína se comporta in vivo como un mitogénico, exactamente de la misma manera que otras sustancias de origen vegetal que tienen un efecto mitógeno en los cultivos de células “in vitro”. Los experimentos mostraron que cuando se añade la cocaína a cultivos celulares, estas células se activan y presentan una respuesta mitógena típica.

Este efecto es especialmente potente para la cocaína, pero hay que añadirle la panoplia de drogas recreativas a la cual se dedican muchos homosexuales masculinos, y no sorprenderá, por tanto, que sus células, mantenidas constantemente en estado de excitación, permitieran a las pruebas referentes a la presencia de un supuesto VIH utilizar una u otra sustancia endógena.

A subrayar: Ningún estudio pretende haber puesto de manifiesto que un retrovirus sea transmisible por vía sexual en los animales. ¿Por qué milagro el VIH constituiría una excepción a esta norma?

No hay “epidemia de SIDA causada por el VIH” en Sudáfrica, y no hay víctimas de tal enfermedad. Según recientes informes que citaban las estadísticas nacionales, la esperanza de vida en Sudáfrica aumentó en nueve años durante el período en la cual la epidemia del SIDA supuestamente ha prevalecido; el porcentaje anual de muerte sin distinción de causas (incluido el SIDA), sigue siendo inferior al 1%; la mortalidad infantil no aumentó durante los 20 últimos años, y la población aumenta al sólido porcentaje del 3% anual. Lo que rebautizado como “SIDA” sirvió, con mucho cinismo, para ganar muchísimo dinero, no es en realidad más que una epidemia planetaria de consumo de drogas recreativas y de enfermedades que afectan al llamado Tercer Mundo, como la tuberculosis y el paludismo.

Hans Gelderblom, del Instituto Robert Koch de Berlín, es uno de los autores del primer artículo, aparecido en Virology de marzo de 1997, que pone de manifiesto que el pretendido “VIH purificado” no es realmente más que una acumulación de “microvesículas purificadas”. Lo que se suponía ser el “VIH purificado” es solamente un montón de vesículas, es decir, transportadores de proteínas celulares. El VIH imaginario no es más que una colección de microvesículas de origen endógeno y proteínas celulares (que, por otra parte, no parecen nunca aglomerarse para formar partículas, lo que conduce a preguntarse cómo podían por lo tanto tener un carácter infeccioso). Nunca, en ningún fluido corporal frescamente extraído (incluido sangre, esperma, etc.) se llegó a ver algunas partículas virales del VIH que no estén mezcladas a sustancias celulares. No se probó nunca que el VIH sea un retrovirus sexualmente transmisible. Hasta ahora, no existe ninguna imagen obtenida por microscopio electrónico de partículas de VIH aisladas, purificadas y condensadas obtenidas de muestras de fluido corporal recientemente extraídas.

Lo que presentan los que defienden el punto de vista oficial no es otra cosa que artefactos producidos por clones fabricados en laboratorio, clones que declaran simplemente ser similares a los que se encuentra en la naturaleza.

Es necesario acordarse un punto esencial: nunca, absolutamente nunca, se ha podido aislar la menor partícula de VIH infecciosos en el esperma. Decir que las relaciones sexuales por vía anal pueden transmitir el VIH es una afirmación que no se basa en ninguna base científica y constituye un absurdo revelador de homofobia. El SIDA no es una enfermedad de transmisión sexual.

Los mismos que habían enunciado las normas que deben seguirse imperativamente para demostrar la existencia de un retrovirus, violan alegremente estas normas cuando se trata del VIH. Nadie ha obtenido partículas de VIH puras y no portadoras de contaminantes. Nadie fue capaz de obtener una secuencia completa de ARN (o de su transcripción en ADN) del VIH.

Los factores de stress inmunológicos que comporta la vida de homosexuales muy activos (uso de drogas recreativas, antibióticos, otros medicamentos, vacunas contra la gripe, enfermedades de transmisión sexual no tratadas, alcoholismo, etc.) pueden tener como efecto que un gran número de ellos den positivo a los tests del VIH. Todos los kits de esos tests llevan prospectos en los que los fabricantes afirman que no deben ni pueden utilizarse para diagnosticar “infección por VIH”.

Estoy tan convencido de que no existe ninguna fotografía obtenida por microscopia electrónica (respetando estrictamente metodología de Étienne de Harven) que pruebe la existencia del VIH, que ofrezco la suma de 100.000 dólares a la primera persona que presente tal fotografía, quedando entendido que ésta deberá haber sido obtenida en condiciones rigurosas. Que no se me hable de “marcadores de la actividad viral” que, en el mejor de los casos, puede indicar lo que se desee.

Quiero la prueba visual de una gran cantidad de partículas virales infecciosas, activas, teniendo una forma claramente definida, recuperada en una muestra de fluido corporal fresca y no contaminada por otros tipos de células, como las CEM ó H9 cancerosas. Así como Peter Duesberg y Harvey Bialy lo escribieron en la revista Nature, “… después de todo, los elementos infecciosos son los únicos criterios clínicamente aceptables para caracterizar un patógeno de carácter viral” (Nature, 375,1995, p. 197). Una vez más, parafraseando a Peter Duesberg, un pretendido “virus” que es inactivo no puede ser la causa de nada.

Las normas que deben aplicarse para aislar el VIH de acuerdo con la metodología de Étienne de Harven son las siguientes:

1. Sólo puede utilizarse el plasma obtenido por centrifugación de sangre completa y fresca. Con el fin de descartar el riesgo de ver “partículas virales” que podrían no ser más que simples artefactos de cultivo celular, no se utilizará sustancia alguna procedente de cultivos celulares.

2. El plasma sanguíneo deberá proceder de personas que presenten una “elevada carga viral” en una prueba reciente. Deberá proporcionarse las referencias de esta prueba (fecha y resultado, es decir, la “cantidad de ADN de VIH” encontrada), obviamente sin revelar la identidad o de los donantes con el fin de respetar la confidencialidad.

3. El donante no deberá estar bajo tratamiento con inhibidores de proteasa, AZT u otros “medicamentos antivirales”.

4. Solamente podrá utilizarse una solución heparinizada de Ringer frío para diluir el plasma (es decir, al 50%).

5. El plasma diluido en primer lugar será filtrado por aspiración-filtración a través de una membrana de 0.6 miliporo. Este primer filtrado obtenido se filtrará a su vez a través de una membrana de 0.22 miliporo y se someterá el resultado obtenido (segundo filtrado) a ultracentrifugado.

6. La centrifugación se hará a 30.000 g durante una duración de dos horas. El casquillo obtenido (probablemente de pequeña importancia) se fijará con el glutaraldehído y ácido ósmico; luego será cuidadosamente tomado e incorporado en una resina epoxy siguiendo los procedimientos habituales en microscopia electrónica.

7. Las fotografías del microscopio electrónico deberán tomarse a una ampliación de al menos 19.500 veces, y deberán ser como la presentada en la figura 1 con respecto a la forma y al tamaño de las partículas, bajo la reserva fundamental que sigue: Se supone que el VIH es un lentivirus que posee un núcleo denso de forma troncónica. Un corte ultrafino de lentivirus aglomerados de manera aleatoria debe inevitablemente implicar una serie de partículas divididas de tal manera que, en unas, su núcleo se verá en el sentido de la longitud, mientras que en otras será visto desde encima, todo ello apareciendo como una mezcla de núcleos densos de forma a veces circular y a veces alargada. Se considerará que toda fotografía que no muestre claramente tal característica, no representa el lentivirus VIH.

8. El presente reto se lanza a todo científico cualificado, a todo estudiante en microbiología y a todo técnico de laboratorio que posea los conocimientos técnicos y el material de laboratorio necesarios para realizar las operaciones requeridas.

Las fotografías, acompañadas con todos los detalles de la metodología seguida y con un resumen de las cualificaciones del autor, deberán enviárseme a
alex@lalage52.freeserve.co.uk


vía